Los viajes en el transporte público de la Ciudad de México, son una verdadera fiesta para los sentidos. Además de que los conductores (autodenominados "operadores") juegan a echar carreritas, en el camino van recogiendo cantantes que amenizan los viajes. Hay algunos que no se distinguen por nada y no dan ganas ni de darles una moneda, pero hay otros que son memorables. Yo me acuerdo de varios.
De los qué recuerdo
El primero es un señor de unos 40 años. No está manco ni nada que le impida buscar trabajo en otro lugar, pero parece que le gusta mucho subirse con su guitarra. Siempre hace la misma rutina: se sube, saluda a la "banda" (así dice) y empieza a rascar su guitarra con voz aguardientosa. Horrible. Se inclina casi hasta tocar el piso del camión con la frente y recita lo mismo cada vez: "saludos a su linda esposa, a su linda hija, a su linda familia... Alex Lora me enseñó a tocar, y saludos a su linda esposa, a su linda hija a su linda familia". Ad infinitum. Siempre toca mas de 10 minutos, y uno le da monedas para que se calle.
Otro es un viejito: sube con su guitarra en el metro, a la que no le pisa ninguna cuerda. No la sabe tocar, pues, nada más suena las cuerdas como Dios le dió a entender. Lo mejor es que canta la canción que esté de moda entre los jóvenes. La última vez me tocó que cantara "Amargo Adiós" una pieza de ska de un grupo llamado Inspector. Es sublime... a su manera.
Pero los que más me gusta cómo cantan son tres chavos, como de unos 24 años, que se suben con un guitarrón, un acordeón y un tololoche. Cantan canciones norteñas. Juro que no le piden nada a los grupos famosos. Tocan canciones de moda, con una voz muy buena, el acordeonista es un maestrazo, y se avientan por lo menos 3 cancioncitas, las cuales coreo con singular alegría porque esa música me gusta. Son unos buenazos.
Lo mejor es cuando terminan, pasan a recoger dinero y toda la gente les da una o dos monedas ¿Y yo? Yo me hago el dormido, como siempre :P
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